Francia no sólo ha sido la cuna de movimientos políticos revolucionarios, sino también de una forma de entender el mundo a partir de la proyección de imágenes. El séptimo arte ha sido moldeado por las cosmovisiones, vanguardias y propuestas del país galo, desde Mélliès y Renoir, hasta Truffaut y Godard. El cine, como aspecto intrínseco del ser humano, no ha estado exento de la presencia del sexo, el placer y el erotismo, puesto que decenas de cineastas los han empleado como punto de cohesión en sus historias.
Alejadas de aspectos pornográficos que inundan Internet hoy en día, el cine erótico francés transmite la sensualidad, la exploración de la sexualidad y las fantasías del placer a través de un acertado lenguaje cinematográfico. Con la maestría de grandes directores, una narrativa inmersiva y la exaltación del complejo voyeurista que todos llevamos dentro, el cine galo ha regalo grandes joyas eróticas a la humanidad. Algunas de ellas han pasado a la historia como parteaguas en la cinematografía “para adultos” y otras se han abierto paso entre el mundo comercial para posicionar la historia de dos chicas que se aman en un mundo convulso.
Ahora, en una época en que el frío nos provoca a quedarnos en casa a ver una buena película, y aprovechando la compañía de nuestra pareja, te compartimos un listado de películas eróticas francesas que te permitirán encender el fuego a pesar de las bajas temperaturas. A partir de los créditos finales, el resto corre a tu cuenta.
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Luna amarga (1992)
Roman Polanski
Nigel y Fiona son una aburrida y rutinaria pareja de origen británico que se embarca en un viaje con rumbo a la India con la esperanza de renovar su relación. A bordo conocen a otra pareja que les asegura romper cualquier cotidianidad pues Oscar y Mimi son un misterioso par que les induce a ser parte de su juego. Nigel se siente fuertemente atraído por Mimi, y Oscar, consciente de esta atracción, le motiva a seducir a su mujer. Alimentando un poderoso deseo por perturbar la mente de Nigel, Oscar no reparara ocasiones para contarle las experiencias sexuales que tuvo con su mujer antes de quedar postrado en una silla de ruedas. Una película ideal para romper la monotonía, y quizás, alimentar el deseo por explorar nuevas posibilidades.
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Betty Blue (1986)
Jean-Jacques Beineix
El título original de esta producción es 37º2 Le Matin, aludiendo a la temperatura de una mujer embarazada al despertar, pero fue reemplazado para su comercialización fuera de Francia. La película comienza con una poderosa escena sexual en la que Zorg y Betty desbordan pasión, para dar paso a la trama en la que Betty, una mujer sin nada que perder, decide apoyar a Zorg en sus ambiciones literarias. Dejando atrás los paradisiacos bungalows en los que vivían en la costa francesa, se embarcan en una aventura en el corazón de París para luchar contra el mundo. Pronto, la manía de Betty terminará por hacerle dudar a Zorg sobre sus sentimientos, y decidir qué pesa más, si su estado mental o la pasión y el fuego que Betty le infunde.
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Herida (1992)
Una coproducción franco-británica que nos detallan los placeres prohibidos entre una pareja. Stephen es un político británico que tras su nombramiento como ministro conoce a Anna, una chica de origen francés de la cual se enamora perdidamente. Sin embargo, ese enamoramiento también conlleva un fuerte deseo sexual, mismo que nada podrá detener, aunque Stephen esté casado y Anna sea la prometida de su hijo. La vorágine de sexo y amor no conocerá límites de ningún tipo, pero presentará sus obstáculos cuando ambos tengan distintas perspectivas de su relación, misma que será descubierta eventualmente.
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Q (2011)
Laurent Bouhnik
La delgada línea entre amor y sexo queda explícita en esta cinta, en que Cecile, intentando lidiar con la muerte de su padre, busca refugio en un grupo de amigos y amantes. Emocionalmente inestable, y con sentimientos confusos a la flor de piel, los encuentros sexuales le provocan un vacío existencial aún mayor, los cuales quedan reflejados a detalle en la pantalla. Sin embargo, tras múltiples caídas emocionales, Cecile aprenderá la diferencia entre la intimidad emocional y el hedonismo sexual. Esta película, cargada de escenas que incitan a los placeres más bajos, también conlleva una fuerte reflexión alrededor de cuestiones a las cuales los jóvenes están expuestos, y en los que el sexo es protagonista.
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La piscina (2003)
François Ozon
Esta coproducción franco-británica narra la historia de Sarah Monton, una escritora de origen británico que viaja a Francia en busca de momentos de descanso, relajación y ocio. Aclamada por sus títulos de misterio y novelas policiacas, la expectativa de Sarah respecto a su pequeño retiro, y las posibilidades de hallar un camino hacia la creatividad, se trastocan con la llegada de la hija adolescente de su editor. Julie, en plena efervescencia sexual, aprovecha la ocasión para dar rienda suelta a sus gustos y placeres eróticos, de los cuales Sarah es una asidua voyeurista. Sin embargo, la aventura que serviría como inspiración para la nueva novela de Sara, se convierte en un misterioso caso de asesinato. Un thriller que además de encender los ánimos, causará el suspenso necesario para impresionar a cualquier pareja.
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La vida de Adéle (2013)
Abdllatif Kechiche
Una de las mejores películas cargadas de erotismo en los últimos años, y que además se exhibió de manera comercial, está inspirada en la novela de Julie Maroh: El azul es un color cálido. Con escenas explícitas de sexo, en las que se usaron genitales falsos, la trama también conlleva pasión, amistad, amor y soledad en tiempos de la adolescencia y el despertar sexual femenino. Ideal para dejarse llevar por el equilibrio entre erotismo y amor, pendientes de cada movimiento de la chica de pelo azul.
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Emmanuelle (1974)
Just Jaeckin
Otra cinta inspirada en una obra literaria, en este caso la de Emmanuelle Arsan, y cuya audiencia se estima, desde 1974, en más de 300 millones de personas. Con adaptaciones recientes que circulan por los canales de programación de adultos, la trama original gira en torno a una mujer que viaja a Bangkok para encontrarse con su esposo, y juntos, recorrer la zona. Las expectativas de Emmanuelle pronto se transforman y darán pie a una aventura sexual sin control de parte de la protagonista. La película conlleva sexo al estilo soft porn, violaciones y masturbación que encienden la llama de cualquier pareja, y que los llevará a su propia aventura sexual.
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A l’aventure (2008)
Jean-Claude Brisseau
Una peligrosa película para cualquier pareja que esté harta de la cotidianidad y la monotonía de la vida, pues puede incitar aventuras que van más allá de la moralidad. La trama cuenta la historia de Sandrine, una joven empresaria que vive asfixiada por la rutina de su vida. Ante una frustración que le consume, decide dejar todo atrás, incluso a su pareja, para partir hacia una aventura erótica, sexual y muy placentera “búsqueda de la autenticidad”. Un relato que en los tiempos contemporáneos podría incitar rebeliones contra cualquier sistema moral y llevarnos en búsqueda de los placeres prohibidos.
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Joven y bonita (2013)
François Ozon
Frente a una pérdida de la virginidad carente de emociones, placer y el secreto prohibido, Isabelle decide transformar su vida. Con tan sólo 17 años y siendo hija de una influyente y rica familia parisina, Isabelle rompe cualquier normal moral para llevar una doble vida: estudiante refinada de día y prostituta de lujo de noche. La peculiaridad de esta segunda cinta de Ozon en el listado, radica en que la película está dividida en cuatro temporadas y cada una de ellas está enmarcada por una canción que le da sentido. Adicta al sexo, Isabelle pierde los pies de la tierra y se deja llevar en un camino de la mano de la lujuria.
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Romance X (1999)
Catherine Breillat
Profundamente enamorada de su pareja, Marie, toma una decisión cuando su novio deja de tener sexo con ella y la intimidad se pierde entre las discusiones. Limitada en el apogeo de su sexualidad, Marie enfrenta la oportunidad de experimentar cuestiones que van más allá del placer, pues la adrenalina aumenta el erotismo en cada escena cuando decide relacionarse íntimamente con el director de la escuela.
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