En la película “Miles
ahead”se realiza un retrato del gran
músico de jazz Miles Davis en un momento
de crisis, concretamente cuando tras dejar de tocar la trompeta durante cinco
años volvió con su música renovada.
Se nos ofrece una visión un tanto particular del músico, una
historia que nos muestra una
personalidad compleja, con fuertes
sacudidas de ira por el crucial momento que vivía. El film se basa en la caracterización del
personaje, al parecer en la leyenda de huraño malhumorado que se forjó. Con
todo, la figura del trompetista ofrece
un material interesante para que se
ahonde más en él y se valore todo lo que aportó al jazz en su justa medida. Por
ejemplo, se me ocurren diferentes épocas de su trayectoria: sus años de
aprendizaje junto a Charlie Parker a principios de los cuarenta, la época en
que grabó "Kind of blue" con John Coltrane
y Bill Evans a principios de los años 60,
o su última época, la de los años 80, con sus giras multitudinarias
junto a Marcus Miller. Cincuenta años de actividad profesional dan
para mucho y en cada una de esas etapas nos encontramos con un trompetista que
se reinventa a sí mismo, sin duda fue un gran creador que no se acomodó nunca.
La historia de la película gira en torno a la crisis que le llevó a abandonar la música durante los últimos años de la década de los 70, ante la pregunta de qué le hizo volver a la música él responde que un "click". La película es la explicación de ese "click", de esa chispa que devolvió al músico a la creación artística. Presentado como un juego de cajas chinas, donde una escena encierra a otra, las causas de la crisis se relacionan con la ruptura con su primera mujer, Frances. El escenario donde ocurren los hechos es la casa que compró Miles en la calle Setenta y siete oeste, que era una iglesia ortodoxa reconvertida tal y como lo cuenta en su biografía. El espacio en el que se desarrolla la acción es reducido, su casa, la compañía discográfica y la sala de boxeo; resulta chocante que el desplazamiento de una localización a otra se haga bajo fuego cruzado, a tiros, lo que en ningún momento le da tensión a la película. El tiempo de los hechos, en cambio, es centrífugo: la crisis creativa asociada a la pérdida de su primera mujer, cuya ruptura por las drogas le hace sentirse culpable, le paraliza la creatividad, pero de repente surge ese nuevo sonido que buscaba, "el click" que marca el compás... y se acaba la crisis.
En la película se mantiene la tensión de los acontecimientos utilizando el innato mal genio del artista. La necesidad de drogarse lleva al protagonista a la paranoia, pero no se consigue un ritmo adecuado, pues no se singulariza ningún momento clave de la vida del músico que guíe, que justifique su magnifica obra, simplemente el actor-director abusa del perfil más sombrío de M. Davis. Un creador de tal magnitud, con sus altibajos y su mal carácter, seguro que tuvo una personalidad mucho más compleja y se puede filmar una historia con momentos que permiten interpretar mejor su obra. Aunque el mismo Miles Davis decía que como todo géminis pasaba al instante del buen humor a la cólera, toda esa caracterización negativa del personaje no ayuda en nada a entender mejor al autor y a su obra.
En fin, me ha parecido una película pensada para que el
actor-director se luzca, pero carente de ritmo y definición La organización de
los hechos consigue que el puzle de los acontecimientos encaje sin ahondar en
el personaje. Con todo, no os la perdáis, la película invita a acercarnos a la obra de este gran músico; tal vez volváis oír a Miles y sintáis curiosidad por su disco “Someday
my prince come” que tiene unos temas extraordinarios.
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