Born to be blue
Resulta curioso, quería
ver una película sobre la vida de Chet Baker, una parecida a la de “Bird”de
Clint Eastwood, pero no existía, hasta que al fin el otro día pude verla. Y la
verdad, me encantó, sobre todo porque me pareció una película sincera, que no
oculta el lado oscuro, drogata, del personaje, pero que lo trata con dignidad,
es una película que se esfuerza en aportar el hipotético punto de vista del
protagonista. Además se incluyen una serie de datos que pueden acercar la música de
Chet Baker al público, y si me permitís la película es un ejemplo de dualidad,
de lejanía entre la obra y lo que cabe
esperar de su creador.
La sinceridad con que se aborda el tema de la adicción a la
heroína hace que se pueda definir esta película como valiente, Ch. Baker fue un
yonki que no pudo dejar su adicción, ya que
tras dejarlo volvía de nuevo a caer. Incluso, en un momento de la película él mismo se compara con Charlie Parker: “Bird, como yo,
no hizo daño a nadie, solo a sí mismo”, Chet Baker tenía una visión muy
egocéntrica de la vida, pues, por
ejemplo, se caso tres veces y tuvo tres
hijos, por lo que alguna responsabilidad con los demás sí que tenía. En aquel tiempo la adicción se
veía como un vicio y no como una enfermedad, y nuestra naturaleza permite que únicamente algunos superen la adicción, Chet Baker no lo consiguió.
Chet no entendía la
vida sin tocar la trompeta, para él la existencia adquiría sentido cuando
la música brotaba de su trompeta, ser bueno en algo y alcanzar el éxito, el
reconocimiento, le permitió superar la soledad ante sus miedos
personales. El intento de superar esa inseguridad al relacionarse con los demás, la necesidad de que su música se adhiera
a la emoción del oyente le lleva a Chet Baker a dedicarse en cuerpo y
alma a la música. Es consciente de su talento innato, por ello en otro momento de la
película su productor dice: “Es la primera vez que le veo sudar esforzándose
por tocar bien, tal vez ahí radique su problema”. Pero esa misma inseguridad provocada
por la obligación de sobresalir, de merecer el
continuo reconocimiento, le aleja de asumir el valor del continuo esfuerzo, es
incapaz de encajar los golpes de quien está obligado a arriesgar en cada sesión
para deleitar a su público.
En la película nos encontramos con su nuevo
amor, Jane, la chica que tras romperle un traficante todos los dientes a
culatazos a Chet permanece junto a él, todos lo abandonan excepto ella. A Jane la música de Chet le recuerda lo que dijo Chejov, “cuando alguien se enamora
es cuando realmente vive en plenitud sus sentimientos”. A Jane la música de
Chet Baker le permite ampliar su percepción, sentir
con verdadera intensidad los detalles de una relación; además como toca el
piano entiende el esfuerzo de Baker para recuperarse. Para Chet, en cambio, lo más
importante no es el amor, sino su obra; tal vez porque con su música alcanza
una satisfacción superior a la que le aporta el amor. Vemos que se presenta como un
personaje obsesionado con volver a tocar
como antes; incapaz de valorar lo que le ha aportado el proceso de aprendizaje,
pelea sin tregua por recuperar su capacidad de embelesamiento, no se da cuenta de que su entrega a la música es tal que se va a quedar vacío.
Jane es una actriz que
no ha conseguido ningún reconocimiento, pero que no ceja en su empeño. Vive su carrera
sin desmoronarse porque tiene un grandísimo
equilibrio personal, sabe disfrutar de la vida, de los momentos mágicos, goza
del amor que es capaz de transmitir Chet, y disfruta de su magnífica obra. Ella se entrega a él, lo único que le
pide es que crea en sí mismo, que se convezca que para que la música brote de él
no necesita ninguna substancia. Pero Chet no la sigue, prefiere quitarse todos
sus miedos y sentir cada nota de su música en su totalidad
Resulta curioso que el chaval que creció solo, sin hermanos,
rodeado de enormes prados se identifique con la luz del mar, con las largas
playas con palmeras, con el sonido cool de la costa oeste. En la película los
protagonistas viven un intenso romance en una furgoneta, viven con pasión su
respectiva carrera lejos del éxito inmediato, resistiendo al devenir,
agarrándose a la sencillez, a la relación natural de los que solo se tienen a sí
mismos; nos ofrecen la imagen de la pasión sencilla y plena que suscita la música de Chet Baker.
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