Las relaciones nos definen y encarrilan nuestra vida, es difícil sopesar hasta que punto podemos permanecer encima de la tabla, como en el surf disfrutando de un buen momento, para al rato caernos y volver a empezar. Ya sé que es un símil facilón, pero con el paso del tiempo nos damos cuenta de que empezamos a mirar al pasado con cierta nostalgia, ¿por qué será? es difícil seguir disfrutando porque la vida cambia y nosotros mismos vamos cambiando para recogernos y curarnos en salud. En "La vida inesperada" se recoge ese momento de transición en el que tenemos la sensación de que algo se para porque hay que tomar una decisión que nos permita encontrar el centro de gravedad.
Es una comedia que a mí me ha recordado a las de Woody Allen, no solo porque muestra la belleza de New York, los dos primos con la amiga en el puente de Brooklyn sugieren la película "Manhattan", sino por esa mezcla de humor agridulce que permite un análisis certero de un grupo de amigos, de una pareja, o de una familia en el trasiego cotidiano. Esa perspectiva irónica que nos retrata con nuestras pequeñas ambiciones y nos delata por las continuas rencillas o las escondidas miserias, que personalmente nos resultan comprensibles, porque son semejantes a las que hemos protagonizado y vivido en nuestro en torno. En esta historia de dos primos en New York choca la fuerza de los lazos familiares, porque ambos son prácticamente unos desconocidos que miran al pasado para reconocerse; con todo, la complicidad prevalece y comparten lo que hay: el pequeño piso del primo actor que se busca la vida como puede.
El recien llegado entra en la vida del establecido, y como es lógico resulta un tanto molesto porque provoca una serie de incidencias, parecidas a las que hubiesen ocurrido si no llega a estar. Pero ambos están en ese momento de madura juventud en la que tienen que decidir cómo establecerse definitivamente, cómo dar la forma definitiva a sus sueños. Me parece que la película tiene un buen guión, pues los diálogos son rápidos y reales, las que se dan en la vida misma, ricos en matices y con un registro diferente según la situación. El trabajo de los actores es sensacional, Javier Cámara en su nivel, es todo un actorazo, y Raúl Arevalo a la misma altura, fenomenal. La definicíón que realiza la madre del residente en New York via wifi es un acierto "porque tú hijo siempre has sido un listo que parece un tonto, y tu primo un inocente que se las da de listo", el gesto de pasmado de Arevalo, como si nada fuese con él corresponde a la fríaldad con la que puede responder. Todos realizan un trabajo extraordinario, los actores secundarios también lo bordan. Los hechos que ocurren durante la estancia del primo se podrían dividir en tres escenas, y el cruce de las dos historias adquiere el ritmo adecuado, de modo que cada primo responde a las circunstancias, a los retos que surgen, según su personalidad.
Unas imágenes impresionantes, una buena historia, unos actorazos, ¿qué más se puede pedir? Que la situación llegue a emocionarnos, y creo que la peli lo consigue, no os la perdáis.
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