Tenía ganas de leerme el segundo volumen de la trilogía de Dolores Redondo, sabía que la lectura del libro me iba a enganchar, que estaría buscando el momento para cogerlo y leerlo con ganas. Sin duda, el leer un libro sin que nos pesen los párrafos y las hojas, por no decir las líneas, es sinónimo de calidad, y El legado en los huesos la tiene. De nuevo la inspectora Salazar se encontrará con un nuevo caso que hará que hurga, escarbe y persiga a los criminales en su valle natural, Baztán. Esta vez se repiten también los asesinatos en serie, pero con más saña si cabe, porque también responde a un ritual que tiene un despiece del hombro como punto de partida. Las circunstancias de este segundo volumen tienen su origen en el primero, ya que se dejaron sin resolver, de este modo se solapa mejor la acción. Los hechos de nuevo giran en torno a la relación materno filial, madre-hija, con la novedad de que la propia inspectora Salazar ahora se ocupa de Ibai, su niño. E