La celda 211 es una gran película, porque desde las durísimas primeras imágenes hasta el final el filme te atrapa, te coge. Sobre todo me ha gustado el ritmo de la historia, el suspense que se crea, pues el espectador no puede prever qué va a suceder y se queda en vilo esperando lo peor. Es una magnífica película, la quinta esencia de la ficción, pues, si bien es cierto que la realidad supera a todo lo previsible, los hechos que se relatan responden a una serie de casualidades que difícilmente pueden coincidir. A partir de esas casualidades se construye la historia, la exigencia de lo verosímil es de un nivel alto, y la película lo consigue. Nos encontramos con un funcionario atrapado en un motín la víspera de su primer día de trabajo, el hecho mismo resulta chocante, pero dice mucho en favor del guarda. Los que no salen bien parados en la película son el resto de compañeros que gestionan y vigilan la cárcel, pues su poca profesionalidad hace buenos a los propios deli
Crítica personal peliculada