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Mostrando entradas de enero, 2010

EL SECRETO DE SUS OJOS

Sin lugar a dudas esta sublime película atrapa desde el principio al final; sobre todo, destacaría lo bien planteada que está: una vez jubilado, un funcionario de un juzgado rememora los hechos que sucedieron veinte años atrás. Como los sucesos ocurridos marcaron su vida, se propone relatarlos en una novela. El planteamiento en seguida aviva la curiosidad del espectador, más aún cuando tras los primeros recuerdos se encuentra con un crimen atroz que el protagonista empieza a investigar. La novela juega, o se teje en un constante ir y venir: del pasado, de cómo ocurrieron los hechos, al presente de cómo se recuerdan. La tensión se mantiene y se crece en el acontecer de los hechos, el análisis en el recuerdo. Pero tal vez la literalidad adquirida por el recuerdo, unido a cierta admiración de enamorado hacen que los hechos pierdan parte de la intensidad que podrían ofrecer. Me encantaron las tomas en las que ambos personajes dialogan mirándose a los ojos, en un

ALVIN Y LAS ARDIALLAS

El otro día fui con mi niña al cine a ver Alvin y las ardillas , me impresionó lo fácil que es comercializar una película a partir de ciertos preceptos imperecederos como la ingenuidad de los niños, el consumismo exagerado (que nos tranquiliza revolcándonos en lo virtual) y el ideal de una forma de vida, que tal vez por desconocimiento nos parece la mejor. La ingenuidad de los niños es un regalo, es su inocencia, la capacidad de admiración y superación lo que los hace vivir en un estado que va de la sorpresa a la queja constante. No aciertan a conformarse con lo cotidiano, se aferran a la ilusión como al cariño, pues necesitan esa sustancia vital necesaria para su crecimiento: la ilusión. En Alvin y las ardillas el tópico imaginario de la América adolescente se escenifica de nuevo, pero esta vez superándose en lo friki, incluso regodeándose. Resulta curioso que se tenga una visión de la realidad tan deteriorada, o tan cerrada en sí misma: una visión empala